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Leonel Fernández, el anti todo

Los valores perdidos en una sociedad que en los años sesenta y setenta vivió su época de gloria. Nos hemos dejado coger de pendejos por un ególatra que lo único que persigue es su enamoramiento personal, plano en el que se sumerge para igualar en su totalidad al despreciable de Joaquín Balaguer, a quien ha reivindicado sólo por obtener los votos rojos, perversa acción de la que se cansó de escribir cuando era un simple mortal

Cuando uno recibe educación y valores en el hogar: civismo, comportamiento, respeto y amor al prójimo; cuando uno recibe instrucción de calidad en las escuelas y colegios: preparación académica, sentido común, recursos teóricos y disciplina; cuando uno recibe formación integral en una universidad como la Autónoma de Santo Domingo (UASD): conocimiento, capacidad, conciencia social, compromiso y solidaridad; cuando uno se forma políticamente en un partido de cuadros como el de la Liberación Dominicana: ideología, liderazgo, toma de decisiones y práctica revolucionaria; y, además, si uno se forja bajo la dirección de un líder de la categoría de Juan Bosch: dignidad, intelecto, verticalidad, patriotismo e integridad; está uno obligado a cuestionarse lo siguiente:
¿Por qué Leonel Fernández ha patrocinado un préstamo de 130 millones de dólares del que a la fecha no se conoce uso ni paradero?

¿Por qué Leonel Fernández y el Congreso avalaron el contrato de la Barrick Gold, perjudicial en todo el sentido de la palabra para los dominicanos?

¿Por qué Leonel Fernández ha permitido que un grupo de ladrones de su partido y del Reformista Social Cristiano se apropien de los recursos del Estado para crear fortunas personales?

¿Por qué Leonel Fernández, bajo un enésimo plan de austeridad (a la fecha no ha cumplido uno solo), se mantiene nombrando botellas reformistas en el exterior, con salarios en dólares pagados por el Estado?

¿Por qué Leonel Fernández ha permitido el despilfarro de cientos de millones de pesos en unos "textos integrados", que no fueron más que la imaginación de la mente volátil de uno de sus "incontrolables" ministros?

¿Por qué Leonel Fernández tiene que andar repartiendo cajas de comida entre la población necesitada sólo con la finalidad de hacer proselitismo político y dejar la imagen, en ese marginado núcleo de la población, de que las mismas salen de su peculio personal?

¿Por qué Leonel Fernández ha propiciado las "nominillas" dentro del Estado, práctica sucia, corrupta e indecorosa, al destinar recursos del pueblo para sostener sus adulones políticos?

¿Por qué Leonel Fernández ha creado ministerios paralelos para la Primera Dama (?), con la finalidad de que se beneficie políticamente con los recursos que pone a su disposición y que deberían estar prestos para las carteras correspondientes?

¿Por qué Leonel Fernández ha patrocinado la construcción y entrega de apartamentos de lujo para funcionarios y adulones con los recursos del Estado?

¿Por qué Leonel Fernández ha nombrado en el exterior -cónsules, vicecónsules, embajadores... - miles de personas incompetentes que ni siquiera han salido del país?

Un último "¿Por qué Leonel Fernández?", pues nos hemos propuesto expresar nuestra indignación en pocas palabras; y la queremos expresar tomando como referencia los años 60 y 70 que nos formaron respetuosos, revolucionarios, serios, íntegros, comprometidos, patriotas, verticales, honestos, capaces, con fortaleza ideológica, disciplinados, solidarios, dignos...: ¿Por qué Leonel Fernández ha tenido que hacer gobiernos corruptos, entreguistas, violatorios de la Constitución y de la institucionalidad, derrochadores de recursos, con insuficiente inversión en la educación y en la seguridad, propiciadores del narcotráfico y la impunidad, indolentes, serviles... cuando era de esperarse todo lo contrario pues su formación -la de los años sesenta y setenta que mencionamos al principio... la de nosotros-, y la época en que los ha ejercido, son propicias para acabar con todos esos flagelos y dar inicio a una nueva sociedad íntegra, de respeto a las leyes y a la institucionalidad, próspera y, sobre todo, con justicia social?
Nos hemos dejado coger de pendejos por un ególatra que lo único que persigue es su enamoramiento personal, plano en el que se sumerge para igualar en su totalidad al despreciable de Joaquín Balaguer, a quien ha reivindicado sólo por obtener los votos rojos, perversa acción de la que se cansó de escribir cuando era un simple mortal.

La mediocridad, la capacidad de adular y mendigar cargos y botellas en el gobierno, el afán de lucro desmedido y la falta de conciencia social y cívica entre la mayoría de los dominicanos son los factores que seguirán rigiendo una sociedad en la que el ejemplo que mejor la describe es el hecho horripilante, indecoroso, malvado e inexplicable del carterista que trató de robar al alcalde de Neyba, Orlando Gómez, cuando eran velados los restos de su esposa y de su hija. Y esto no es lo peor; lo más trágico es que, dentro del núcleo de profesionales que se formó a partir de los primeros años de la década de los 80 hasta los finales de la década de los 90 (período en el que la República Dominicana se convierte en un "estado" salvaje), se encuentran los mejores ejemplos del latrocinio, la inmoralidad, el servilismo y la degeneración.

¿Para qué estudiamos y nos formamos si uno de los nuestros, el que gobierna, ha hecho todo lo contrario a lo que habíamos establecido como norte? ¿Quedan esperanzas en la República Dominicana?

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
15 de mayo de 2011