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Melky Cabrera debe ganar el título de bateo de la Liga Nacional

El campeón de bateo de la Liga Nacional debe ser Melky Cabrera, tal como lo fue Tony Gwynn. Melky Cabrera tiene 501 apariciones al plato, o sea, le falta una para completar las 502 establecidas como mínimo. Si a Melky se le considera la aparición faltante como 'out', según la regla que aplicó a Gwynn, de cualquier manera quedaría en primer lugar y ganaría el título de bateo

Regla para ganar el Campeonato de Bateo en “Major League Baseball”:

«Si el jugador con el promedio más alto en una liga no cumple con el mínimo establecido de apariciones al plato (3.1 x 162 juegos = 502), los turnos al bate faltantes hasta la cualificación -por ejemplo 5, si el jugador terminó la temporada con 497 apariciones al plato- se consideran hipotéticamente turnos al bate sin 'hits', y si el promedio de bateo recalculado todavía encabeza la liga, se le concede el título».

Nota: Esto se conoce oficialmente como la Regla 10.22 (a) o regla de Tony Gwynn, por haber ganado este la corona de bateo en 1996 con un promedio de 0.353, con solo 498 apariciones al plato (había quedado corto por 4). Tony Gwynn fue premiado con el título, ya que, de cualquier manera, habría encabezado la liga, incluso si se hubiera ido de 4-0 en las apariciones al plato faltantes. Su promedio habría bajado a 0.349, cinco puntos por encima de quien ocupó el segundo lugar: Ellis Burks.

Melky Cabrera tiene 501 apariciones al plato, o sea, le falta una para completar las 502 establecidas como mínimo. Si a Melky se le considera la aparición faltante como 'out', según la regla que aplicó a Gwynn, de cualquier manera quedaría en primer lugar y ganaría el título de bateo.

¿Quién le niega el título de bateo a Melky? Él mismo se lo niega. Le proporcionó al Comisionado de Béisbol, Bud Selig, la decisión que este debía tomar. ¿Por qué? Por la suspensión de 50 juegos que se deriva como consecuencia del uso de sustancias controladas... O, mejor dicho, por el uso de sustancias controladas. ¿Debía Melky tomar esta decisión, al margen de las opiniones de la prensa dominicana, y del apoyo que esta debía brindarle en todo momento a un dominicano cuyas expresiones no eran las más ponderadas de todas?

Muy bien. De acuerdo... manos a la obra: a quitar los premios "Cy Young" (Mejor Lanzador) a Roger Clemens; los premios "MVP" (Jugador Más Valioso) a Barry Bonds..., etc.

¿Se quedarán Bonds, Clemens y los demás "esteroidizados" con sus premios -Troy Glaus, David Ortiz, Eric Gagne, Sammy Sosa, Rick Ankiel, Manny Ramírez, Jay Gibbons, Rafael Palmeiro, Alex Rodríguez, Andy Pettitte, Miguel Tejada, Paul Lo Duca, etc., etc., etc.-? Porque, si es así, ¡Melky Cabrera es entonces el ganador del título de bateo de la Liga Nacional!

Un periodista dominicano que trabaja para una cadena de deportes en los Estados Unidos, señaló que “por petición del propio jugador, el dominicano Melky Cabrera fue declarado inelegible para ganar el campeonato de bateo de la Liga Nacional, tras un acuerdo de la Oficina del Comisionado y la Asociación de Peloteros… Cabrera, quien se encuentra suspendido por 50 partidos por violar el programa de sustancias de las ligas mayores, solicitó ser declarado inelegible y no recibirá el beneficio de la regla 10.22 (a) del béisbol para jugadores que no alcanzan las apariciones oficiales para ganar el título”.

Leer esta noticia “por arriba” no es lo mismo que leerla “por abajo”. Leerla por arriba significa no dar la importancia debida a la ingenua y tímida actitud asumida por Melky Cabrera que, dentro del maremagno vivido con la suspensión, debe haberse declarado inelegible como una salida rápida a un problema que supera con creces su capacidad para afrontar una situación al extremo difícil, más aún si están de por medio los miedos y deficiencias intelectuales y académicas propias de los beisbolistas dominicanos (salvo raras y muy contadas excepciones).

Asumir como bueno el reconocimiento que hizo Melky Cabrera es validar la ignorancia, el conformismo y la subordinación de los pueblos cuando son sojuzgados. La mejor ilustración a lo señalado la podemos dar con el campesino dominicano del segundo tercio del siglo XX, tiranizado, hambreado y oprimido por Rafael L. Trujillo Molina.

Los niveles de atrevimiento de la ignorancia son incalculables: esos mismos campesinos dominicanos, viviendo en casas de yagua, con pisos de tierra, sin agua, sin electricidad, con sillas de guano y camas de cartón; con cuatro o cinco niños con el vientre inflado por la miseria y la necesidad, lloraron la muerte del déspota y criminal Trujillo. El pequeñísimo mundo al que estaban habituados lo era todo para ellos; el desconocimiento y la falta de oportunidades no le permitían ver más allá de sus narices y, por tanto, entendían que esas “bondades” con las que vivían eran el producto de la obra “magnánima” del dictador.

Si no hubiese sido por los instruidos y cultos pequeñoburgueses de las capas media y alta, que hicieron lo que el momento histórico les exigió, y el destino dominicano hubiese dependido exclusivamente de los campesinos y de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre, la República Dominicana estaría aún bajo el yugo del apellido Trujillo. La ignorancia ni es ni debe ser opción a considerar... ni es ni debe tener capacidad deliberativa; tan atrevida es que, si se la hubiese dejado seleccionar, de seguro habría optado por el mismo sistema opresor que de por vida la ha doblegado.

Así como los “cultos e instruidos” pequeñoburgueses de las capas media y alta echaron el pleito por la justicia social, la educación y la libertad, así debieron los periodistas deportivos dominicanos haber echado el pleito por Melky Cabrera y su título de bateo en la Liga Nacional.

República Dominicana, después de los Estados Unidos, es la segunda potencia beisbolera del mundo, pero… solamente en calidad y cantidad de jugadores. El alto grado de desarrollo se debe, en gran medida, a las “fincas” que los propios equipos de “Major League Baseball” han implementado en el país, lo que ha provocado una abismal separación entre jugadores y prensa deportiva. Y esto, precisamente, es el reflejo de lo sucedido con Melky Cabrera. Si la prensa hubiera establecido lucha de calidad, con buenos y sólidos artículos, de seguro otro gallo estaría cantando.

El silencio de la débil prensa deportiva dominicana le facilitó el trabajo a Bud Selig. Buster Posey, de los Gigantes de San Francisco (norteamericano blanco del estado de Georgia), y Andrew McCutchen, de los Piratas de Pittsburgh (norteamericano negro del estado de La Florida), de seguro son las preferencias del Comisionado para ganar el título de bateo en la Liga Nacional -exactamente en ese mismo orden-, por encima de Melky Cabrera, un dominicano negro de Haina (Bud Selig, cuyo nombre real es Allan Huber Selig, hijo de un rumano que se asentó en Milwaukee, estado de Wisconsin -uno de esos estados donde los latinos y negros brillan por su ausencia-, fue criado dentro del núcleo de una familia judía –¡sólo a título informativo!-).

Joel Paulo Chartez, un periodista deportivo… ¡venezolano, no dominicano!, con licenciatura en Comunicación Social, y especializado en Béisbol, hizo la pregunta que debió haber formulado la prensa dominicana: “¿sería justo que Selig le quite a Melky Cabrera el título de bateo, cuando hay peloteros que están en el “Hall de la Fama” con un historial pérfido...?... (Bud Selig, nh) no ha tomado (ni tomará) medidas en cuanto a esos peloteros; ni siquiera lo ha hecho contra Ty Cobb y Tris Speaker, quienes no deberían estar en Cooperstown, ‘porque ambos estuvieron implicados en negocios con los apostadores, que los llevaban a entregar juegos’…”.

Rollie Fingers, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, y uno de los grandes relevistas de todos los tiempos, pidió sacar, de los récords de los consumidores de esteroides, lo que han hecho en las temporadas en las que usaron sustancias prohibidas; pidió que les quiten los jonrones, los ponches, las carreras empujadas… ¡TODO!… pidió “¡que se limpie el ambiente!” (traducción de Juan Vené).

Si la prensa deportiva dominicana marchara al mismo ritmo que los jugadores de béisbol, de seguro Bud Selig estaría hoy inclinándose a conceder el título a Melky Cabrera, que desgraciadamente lo perderá porque no hay “cultos e instruidos” periodistas que echen el pleito para hacer lo que los pequeñoburgueses de las capas media y alta hicieron cuando ajusticiaron a Trujillo y le proporcionaron al pueblo una vida mucho más digna que la miseria que exhibía como "forma de vida" durante la tiranía.

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
3 de septiembre de 2012