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[I de III] El poder y el liderazgo de Leonel Fernández

El absurdo de Leonel Fernández ante la sociedad (I de III). Las cantinfladas del Dr. Fernández no son nuevas; vienen seduciéndonos desde su primer período de gobierno

Pedro Mairal, el autor de “El culo de la arquitecta”, es hijo de Héctor Mairal, el abogado argentino de mayor prestigio según una encuesta realizada a mediados de la primera década del siglo XXI por la revista Apertura. Es el autor de las novelas “Una noche con Sabrina Love”, llevada al cine -por la que recibió el premio Clarín de Novela-, y “El año del desierto”. Ha publicado dos libros de poesía: “Tigre como los pájaros” y “Consumidor final”… y uno de cuentos: “Hoy temprano”. Había escrito un texto notable acerca de las tetas y, por el éxito obtenido, una revista colombiana le pidió que escribiera sobre el culo… ¡y escribió una joya!

«… El culo es lírico, musical, cadencioso, indiscernible del meneo de caderas, del ritmo, la batida de la bossa que retrata a la garota que se aleja en Ipanema. Porque el culo siempre se aleja, siempre se va yendo, invitando a que lo sigan. Se mueve en dirección contraria de las tetas, que siempre vienen y por eso suelen ser alarmantes, amenazadoras, casi bélicas… Las tetas confrontan, el culo huye, es elegía de sí mismo, se va yendo como la vida misma…

«Trabajé en una empresa en el mismo piso que una arquitecta… en una de esas oficinas cuadradas, llenas de líneas rectas… un lugar irrespirable de no ser por el culo de la arquitecta… Su culo era lo único redondo en todo el edificio. Lo único vivo…

«Era plena crisis del 2002. Todo se derrumbaba, caían los ministros, los presidentes, caía la economía, la moneda, la bolsa… caía la moral, el ingreso per cápita, todo caía, salvo el culo de la arquitecta que parecía subir y subir, cada vez más vivaracho, más mordible, más esférico, más encabritado en su oscilación por los corredores, pasando en un meneo vanidoso que parecía ir diciendo no, mírame pero no, sígueme pero no, dedícame poemas pero no…»
(El culo de la arquitecta).

Este provocativo preámbulo surge como una explicación a la disposición de responder al artículo que bajo la firma de Leonel Fernández hizo público el Listín Diario el 10 de febrero del presente. ¿Por qué? Porque la motivación para escribir, durante casi cuatro meses, brilló por su ausencia. Así como esa estimulante y hermosa parte del cuerpo de la mujer mueve los impulsos, provocando las más variadas manifestaciones de la actividad psíquica, así mueven a indignación, desde el punto de vista político (y por qué no, ético y moral), las ridículas y mezquinas palabras de Leonel Fernández quien, para septiembre del 2001, publicaría un artículo en un periódico dominicano que luego insertaría en un engendro llamado Nuevo Paradigma con el título “La política del absurdo”, valiéndose de un movimiento literario posterior a la Segunda Guerra Mundial para enmarcar la actividad política en la República Dominicana, la que definió como una sociedad en la que “el absurdo se convierte en el elemento consustancial de la vida cotidiana”.

Las cantinfladas del Dr. Fernández se remontan a años anteriores. En su primer período de gobierno realizó un viaje a Europa y dijo que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tenía que abrazar la corriente socialdemócrata porque la mayoría de los gobiernos de los países europeos eran ejercidos por partidos de la Internacional Socialista: “…hay que llevar al PLD a esa corriente política para que la República Dominicana obtenga mejores y mayores préstamos”, serían sus palabras. Sin embargo, a su regreso, se hicieron públicos los montos de los préstamos obtenidos sin ser el PLD partido de la socialdemocracia.

Si al presidente Fernández le interesaban los préstamos de los países alineados en la Internacional Socialista, y los obtuvo, ¿para qué había que afiliarse a esa corriente política? Si los gobiernos europeos hubiesen estado en manos de corrientes anárquicas, ¿se habría hecho necesario convertir al PLD en un partido anarquista? Si los préstamos se obtenían al margen de la ideología del PLD, ¿era necesario someter al partido a lineamientos extraños?

Aunque se requiere disponer de excedentes en el presupuesto durante muchos años para establecer la socialdemocracia, ¿por qué Leonel Fernández no invirtió los 20 mil millones de pesos que excedieron el presupuesto del 2007 en educación, salud, producción de alimentos, seguridad social y recreación para los más pobres del país?

Se desprende una pregunta que encierra un valor incalculable; surge automáticamente de las expresiones vertidas por el Dr. Fernández: ¿tienen algún valor de peso, dentro de su irracional interioridad, la ideología, los principios, la convicción y los valores?

A mitad del año 2005 el doctor Leonel Fernández objetó que la República Dominicana fuera un Estado fallido. La República Dominicana fue considerada como tal por la revista “Foreign Policy” y el Grupo Fondo para la Paz, en Washington. Pero, ¿no fue él quien expresó que “el absurdo se convierte en la sociedad dominicana en el elemento consustancial de la vida cotidiana”? ¿Puede una nación sustentarse en lo absurdo sin constituirse en un Estado fallido?

¿No validó Leonel Fernández el absurdo al referirse al niño Danny Almonte, quien después de haber cautivado el béisbol norteamericano presentaría dos actas de nacimiento, haciendo que “su talento natural pasara a un segundo plano debido al intrínseco desorden con que vive el país”? ¿Por qué una enorme cantidad de chinos, durante sus períodos de gobierno, dispuso de pasaportes dominicanos sin haber pisado nunca tierra dominicana? ¿Qué significa que desde el gobierno se denuncie que miembros del partido oficial cobren sin trabajar cuatro o más sueldos en distintas dependencias del Estado? ¿Por qué la impotencia de su gobierno frente a las empresas del sector energético? A todas estas interrogantes el mismo doctor Fernández responde que “como sociedad estamos perdiendo nuestra capacidad para reaccionar frente al absurdo...”.

Continuará…

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
14 de febrero de 2014