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[II de II] ¿Debe Leonel asistir al tributo a Hugo Chávez?

Leonel Fernández: hipócrita, simulador y cínico (II de II/Último) . Este simulador, actor privilegiado de teatro infantil, no debió estar junto a los que valoran, admiran y respetan la figura de Hugo Chávez, gloria de América y del mundo.

Carta pública al embajador de la República
Bolivariana de Venezuela en la República
Dominicana

Sr. Alberto Castella
Embajador
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela
Avenida Anacaona #7, Mirador Sur
Santo Domingo, República Dominicana

Sr. Embajador:

En la Cumbre de los Países No Alineados, celebrada en La Habana, el doctor Fernández, después de pasarse años alabando la globalización, arremetió contra ella "por haber sido impulsada por una revolución científico-tecnológica sin paralelo en la historia de la humanidad...", señalando que ha resultado excluyente para la mayoría de los pueblos del tercer mundo. Hizo observaciones a aquellos que plantean que los conflictos actuales están basados en un choque de civilizaciones, específicamente entre Occidente y el Islam, puntualizando que esa no es la realidad, que los conflictos pueden darse entre componentes de una misma civilización.

¡Cuánta dignidad en ese discurso del Dr. Fernández! Logró que muchos se sintieran orgullosos de su participación. Incluso llegó a defender al presidente Hugo Chávez porque "ante el alza continua de los precios del petróleo, de manera generosa y voluntaria, el Gobierno venezolano... diseñó un proyecto de cooperación, conocido como Petrocaribe, que ha servido de alivio a la República Dominicana y a los pueblos del área...". Señaló que "algunas voces han levantado la idea de que con el programa de Petrocaribe, el Gobierno del presidente Chávez está regalando la riqueza petrolera de su país", para de inmediato contestarse a sí mismo con un "¡no es cierto!".

Graficó singularmente el gobierno del presidente Chávez, manifestando que posee "... una visión inteligente y estratégica de preservación en el largo plazo de los intereses de su propio país, al tiempo que practica la solidaridad y la cooperación en el corto plazo para ayudar a pueblos hermanos y amigos, que de otra manera sucumbirían en el abismo". ¡Qué hermoso discurso!... ¡Cuánta solidaridad!... ¡Cuánta humildad!

¡Cuánta hipocresía!… ¡Cuánto cinismo!… ¡Cuánto teatro!… ¡Cuánta simulación!

El comportamiento de Leonel Fernández al pronunciar este discurso es el mismo que exhiben los bravucones de barrio: guapos en su terreno pero en el de la confrontación no abren la boca para decir nada; y fue exactamente lo que hizo el Dr. Fernández al llegar a la Organización de las Naciones Unidas: decir nada, pronunciar palabras huecas ajenas a los más importantes acontecimientos…

El terreno de los Países No Alineados, en Cuba, era el de la no confrontación; allí estaban todos "alineados" con los mismos problemas, los mismos achaques… hermanos en miseria y en retórica, salvo las epopeyas que desarrollan los cubanos en el campo de la solidaridad internacional y la valiosa cooperación de Venezuela en el campo económico. En este escenario nadie, absolutamente nadie, había señalado al presidente Chávez por regalar su petróleo y, sin embargo, en el mismo, el doctor Leonel Fernández logró igualar el arrojo y la osadía de ese personaje de ficción que creó la cinematografía norteamericana: ¡Rambo!

Los que mantenían la campaña de que el presidente Chávez se desprendía gratuitamente de sus riquezas naturales estaban en el escenario de la confrontación… estaban en la Organización de las Naciones Unidas y, en este, el intrépido Dr. Fernández pasó totalmente desapercibido; no dijo nada a favor de Chávez, no defendió la solidaridad y la cooperación del gobierno venezolano, y mucho menos reciprocó, con la más tímida expresión, los beneficios que recibe República Dominicana del programa de Petrocaribe.

De igual manera, el ambiente idóneo para tratar el choque de civilizaciones era el que presentaba la misma Asamblea General de las Naciones Unidas, que contaba con los representantes de Occidente (que no participan en la Cumbre de Países No Alineados, en la que sí estaban los representantes del Islam); pero tampoco abordó este tema el maestro de la simulación, que hoy pretende, bajo la búsqueda de exposición y capital político, honrar al comandante Hugo Chávez.

Este es el verdadero Leonel Fernández, Sr. Embajador; y este simulador, actor privilegiado de teatro infantil, no debió estar junto a los que valoran, admiran y respetan la figura de Hugo Chávez, gloria de América y del mundo. Usted, su gobierno y su partido no debieron permitir la presencia de tan mezquino personaje en el tributo que se le rendía al forjador del socialismo del siglo XXI.

¿Qué busca Leonel Fernández en un congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)? ¿Acaso es socialista Leonel Fernández? Usted, como embajador de Venezuela en la República Dominicana, ¿ha visto alguna acción tangible que le indique que es socialista o que tiene inclinaciones revolucionarias? Porque si usted contesta afirmativamente a esta última pregunta estaría admitiendo, ante nosotros los terrestres, que vive en un planeta diferente.

De haberse reservado, el gobierno venezolano, tan repugnante invitación, los que defendemos el legado de Hugo Chávez no hubiésemos tenido que escuchar o leer semejante manifestación de burla y cinismo: “el gran legado de Chávez es el de la generosidad y solidaridad, un valor que todo revolucionario debe cultivar… Hugo Chávez llegó a ser la destacada personalidad que fue, porque en su hogar encontró las condiciones adecuadas, (sic) qué gran privilegio haber tenido una madre y un padre maestros, porque significa que desde la cuna estuvo vinculado a lo que significa el poder de las ideas, y él cultivó ese poder… él está cerca de nosotros en el Cuartel de la Montaña y espiritualmente para siempre…”.

Embajador Alberto Castella, ¿tiene usted forma alguna de hacer coincidir estas expresiones de Leonel Fernández con las que hiciera a la embajada americana en la República Dominicana y que insertamos al inicio de esta misiva pública? ¿Cómo quedamos quienes respetamos, admiramos y exaltamos la figura de Hugo Chávez ante la celebración de un acto en su memoria que contó con la participación de un desmedrado y pusilánime que a sus espaldas lo detractó y lo denigró? ¿Ha pensado usted, o su gobierno, o la comisión que lo invitó, o el presidente Nicolás Maduro, o el Comité Político… o el Comité Central del Partido Socialista Unido de Venezuela lo que significa la participación de un representante de la oligarquía en un acto en el que se le rendía tributo precisamente a la más alta expresión de la lucha anti oligárquica? ¿Acaso no significamos nada los que constantemente nos esforzamos en defender la Revolución Bolivariana, bombardeada sin tregua tanto por la derecha venezolana como por su igual a nivel internacional?

La presencia de Leonel Fernández en el homenaje a Chávez es una más de las representaciones histriónicas a las que nos tiene acostumbrados. Si la Revolución Bolivariana admite a este farsante como su aliado, tendrá que aceptar que se lastima, que se lacera al revolucionario que lucha por el legado del comandante Hugo Chávez, por la Revolución Bolivariana y por el éxito de la gestión de gobierno de Nicolás Maduro.

Reciba usted nuestros más cordiales saludos…

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
31 de julio de 2014